Negocios Familiares: claves para crecer y superar desafíos en 2024
*Por equipo aqnitio
¿Q ué denominadores comunes tienen hoy las Pymes y negocios en crecimiento? Una encuesta realizada a 3.779 Pymes de 15 países latinoamericanos arroja temas claves para entender los desafíos y oportunidades del contexto.
Los dueños de negocios son la columna vertebral de la economía global y necesitan tener una clara perspectiva sobre las experiencias del contexto. Muchos son optimistas sobre las oportunidades globales y se están expandiendo, pero ese crecimiento implica visualizar con claridad los desafíos internos de la organización.
¿Está tu negocio familiar en condiciones de crecer, evolucionar y expandirse? En las próximas líneas esperamos ayudarte a responder esa pregunta.
El último Barómetro de SMB, el relevamiento realizado por la empresa Payoneer que sondea las principales oportunidades y amenazas organizacionales, arroja una recomendación clave: priorizar la digitalización, la diversificación de ingresos y una sólida gestión financiera.
Todos estos factores y algunos más que vamos a puntualizar a continuación, son clave para que las organizaciones familiares diseñen y comiencen a transitar un camino sólido de crecimiento y estabilidad.
Más del 70% de las pequeñas y medianas empresas han intensificado sus esfuerzos en digitalización durante el último año. Esta tendencia representa una gran oportunidad para que las empresas familiares optimicen sus procesos, alcancen nuevos mercados y mejoren su eficiencia operativa. La volatilidad económica y la incertidumbre global ponen sobre la mesa la importancia de explorar, de diversificar, de poner a prueba la capacidad de innovación. No solo por la adopción de nuevas herramientas tecnológicas en sí mismas, sino por el entrenamiento de una flexibilidad que pueda abrir nuevos rumbos.
Casi tres cuartos de los encuestados afirma que su negocio es la única fuente de ingreso de la familia. Sin embargo, menos de un tercio menciona el aumento de ingresos como una meta comercial clave. En su lugar, las preocupaciones de hoy están puestas sobre: mejorar la ciberseguridad (63%) y el aprendizaje e incorporación de IA al negocio (2 tercios). Esto señala un foco clave: la balanza comercial se mueve de la mano de la evolución tecnológica y de la innovación.
Asimismo, la RED DE NEGOCIOS es otra variable comercial en alza. El reporte destaca que, en promedio, las Pymes trabajan con 29 proveedores (en comparación con 21 hace 2 años) y casi 2 tercios afirma que contar con esta red los ayuda a enfrentar y prevenir disrupciones del contexto.
Barómetro también resalta un desafío recurrente para muchas Pymes: la gestión del de talentos. El capital humano y la cultura organizacional se consolidan como factores decisivos para el crecimiento sostenible. La captación de talento, la definición de roles y características intrínsecas necesarias para cada caso y la creación de un ambiente de trabajo positivo son elementos críticos que pueden marcar la diferencia en la capacidad de una empresa familiar para enfrentar desafíos y aprovechar oportunidades. Invertir en el desarrollo del equipo y en la construcción de una cultura organizacional fuerte no solo mejora la productividad, sino que fortalece la resiliencia de la empresa.
Para aquellas organizaciones que contemplan un futuro de expansión, es crucial realizar una investigación exhaustiva de su realidad interna, antes de salir a explorar nuevos mercados.
Desde aqnitio, conocemos de cerca los desafíos que enfrentan las empresas familiares cada día, y trabajamos para convertirlos en oportunidades. Estar preparados y abiertos al cambio es esencial para capitalizar estas oportunidades y asegurar un crecimiento sostenido.
El poder transformador de los espacios de diálogo en las empresas familiares
*Por equipo aqnitio
¿C ada cuánto se sientan a conversar los integrantes de tu empresa familiar? Y cuando lo hacen, ¿cómo son esos encuentros?, ¿qué temas abordan y de qué manera?
A veces, escuchar y responder con empatía, generar diálogos genuinos y abrirnos al encuentro es difícil. O, por lo menos, no es lo más frecuente en el entorno laboral.
Evitamos “los encontronazos”, los choques, los conflictos, porque todos, en definitiva, queremos lo mismo: que a la empresa le vaya bien y que no hayan discusiones. Pero esa calma aparente no representa un bienestar real y tangible. Es necesario que todos y cada uno de los integrantes de la empresa se sienta escuchado, valorado y tomado en cuenta, ¿no te parece?
El diálogo es la llave para que la conversación sea más plena
Durante el mes de julio, en aqnitio, tuvimos la hermosa oportunidad de compartir 3 encuentros sobre, justamente, Diálogo e integración generacional. Y escuchando (nos) aprendimos qué cosas le pasan, qué sienten y cómo viven la integración cada una de las generaciones que forman parte de una empresa.
Pilar Padilla, una de las facilitadoras, nos ayuda a entender la propuesta: “Estos encuentros se han enmarcado en la Integración Generacional y la propuesta fue pensar en el concepto de INTEGRACIÓN, porque a través de ella podemos darle espacio a las diferentes posturas que conviven dentro de la empresa, para que puedan coexistir. Generalmente, las complicaciones en esa convivencia se dan por la falta de diálogo y lo que hicimos fue proponer una diferenciación entre una monologación y una conversación”
Explica Padilla que lo que caracteriza a una monologación es que “le hablamos al otro y no CON el otro. Y así, se genera una relación de superioridad en la que importa más lo que yo tengo para decir que lo que el otro tiene para expresar. De hecho, suele suceder que, incluso, presuponemos lo que piensa o lo que va a decir la otra persona y esperamos a que el otro termine de hablar para dar nuestra idea o lo que nos parece más importante”.
Cuando no sabemos conversar dialogando lo que sucede es que una idea no incluye a la otra, porque no se integran las miradas y no se produce una verdadera construcción.
“En cambio, lo que sería ideal es poder construir conversaciones en las que dancemos con el fluir de las ideas, escuchando al otro, dándole espacio y ‘voz’. Sabemos que hubo una conversación dialógica cuando, luego de ese encuentro, se produjo una transformación. Es decir, no salimos iguales de una conversación genuina, salimos diferentes, transformados. Esa es la contribución, la posibilidad de crear puentes”, resume Padilla.
La mejor pregunta en una conversación es la que es atinada a ese momento, la que muestra que estoy presente y conectado con la conversación.
La integración generacional va más allá de la simple coexistencia; se trata de fomentar un diálogo constructivo, de crear espacios de encuentro donde las distintas perspectivas se enriquezcan mutuamente. Los miembros de las generaciones más jóvenes aportan ideas innovadoras, una visión fresca del mercado y un dominio de las nuevas tecnologías, mientras que las generaciones mayores ofrecen experiencia, sabiduría y una profunda comprensión de la historia y los valores de la empresa.
Entonces, ¿por qué deberíamos sentarnos a conversar abiertamente? Los beneficios son muchos y variados: pero, destaquemos especialmente el fortalecimiento de los vínculos familiares y laborales. Trabajar juntos y en un ambiente de armonía consolida la unidad alrededor de un proyecto común, y esto genera, a su vez, mayor estabilidad y continuidad.
¿Y qué necesitamos para que el diálogo suceda? “Que las dos personas tengan un deseo y voluntad de llevar adelante una conversación, desde una postura de aprendiz, de no saber, porque queremos descubrir lo que el otro piensa. Esto requiere una postura de humildad y de tolerancia a la incertidumbre. Incluso, los silencios son la pausa que nos permiten reflexionar y pensar bien qué voy responder a lo que el otro me está diciendo. Esto implica una horizontalidad; nadie es superior al otro, todos tenemos algo importante para decir”, destaca la especialista.
Cuando no valido al otro, no le doy espacio, puede haber una ruptura. Y esas rupturas, en una empresa familiar, pueden ser muy pesadas y complicadas. Por eso, es tan importante dedicar el tiempo que corresponde a las conversaciones, es una inversión importante para prevenir.
¡Te esperamos en el próximo encuentro sobre este tema!
Conocé todo sobre esta invitación especial ACÁ.
De Empresa Familiar a Negocio Familiar: ¿nuevo concepto o evolución?
D esde hace décadas acompañamos a Don Héctor, a Cora, a Eduardo… y a tantos otros dueños administradores que, en algún momento del camino, necesitaron revisar su espíritu emprendedor, para sumar a toda esa energía unas cuantas decisiones estratégicas.
Hubo momentos en los que hablamos más de la empresa: de roles y responsabilidades, de derechos y deberes, de procesos de decisión y delegación. Otros en los que nos centramos en ser o no una Familia Empresaria con todo lo que implica, partiendo de una definición guía: es aquella con una sólida cultura emprendedora, integrada por miembros conscientes del desafío que implica ser empresarios y responsables por el legado que recibirán.
Fuimos creciendo juntos y comprendimos que para que haya una empresa familiar DEBE EXISTIR una Familia Empresaria.
También aprendimos que el propósito central de la gestión de una Familia Empresaria es desarrollar una sólida cultura emprendedora y formar a los accionistas potenciales para que sepan ejercer el rol en el futuro y, así, lograr superar los cambios generacionales que deberá enfrentar.
Tener en claro estos conceptos nos permitió acercarnos y conectar con las necesidades de cada miembro de la familia, sus fundadores, los hijos, nietos… Vivenciamos el amor y el esfuerzo con el que construyen sus negocios, los acompañamos a derribar mitos y prejuicios que les afectan en sus decisiones cada día y hoy los ayudamos a avanzar a una nueva instancia en la que necesitamos poner en palabras una nueva EVOLUCIÓN.
Desde aqnitio entendemos que estamos en un estadio cultural y social en el que necesitamos ampliar horizontes y hablar de NEGOCIOS FAMILIARES, en lugar de empresas, porque esta palabra nos abre a la posibilidad de una integración de nuevos talentos y diversos, resulta más flexible y dinámica; valores que hoy priorizan especialmente las nuevas generaciones.
Hoy, las posibilidades de ingreso a la empresa familiar por parte de las nuevas generaciones se dan en una forma variada y con matices. La “herencia” no es una condición única e inflexible sino que se acuerdan modelos de ingreso con multiplicidad de variables.
En algunos casos, los hijos deciden desarrollar una nueva línea de negocio y desembarcan en la empresa familiar tomando esa responsabilidad a su cargo. En otras ocasiones, el ingreso de algún nuevo integrante es eventual y sujeto a ciertas condiciones. Las nuevas generaciones se caracterizan por generar vínculos de mayor libertad en relación a legados y mandatos familiares, y el concepto de NEGOCIO FAMILIAR viene a dar respuesta a esta necesidad de flexibilizar lo que hasta hace unos años se manejaba de otra manera.
La construcción de una organización capaz de integrar diferentes visiones y oportunidades de negocio, basadas en los talentos e intereses de las personas que la componen, necesita encontrar la manera de gestionar la diversidad.
Por eso, esta nueva evolución conceptual nos permite crear nuevos procesos y mecanismos de articulación, para la evaluación e implementación de diversos proyectos empresariales.
Así, se transformará la percepción de la diversidad como amenaza y se convertirá en oportunidad. Dando lugar al desarrollo de negocios nuevos, preferentemente anti-cíclicos, que permitan lograr mayores tasas de crecimiento y una mejor gestión del riesgo.
El enigma de la rotación de personal
¿Nadie cumple con los objetivos?
En la empresa X han rotado al Gerente Comercial varias veces en el último año. Ninguno de ellos pudo cumplir con sus metas. Hay algo que no anda bien. Sus currículums son intachables, pero a la hora de la verdad, llega el descontento.
¿Qué pasa?, ¿dónde está el problema?, ¿cuál es la llave que destraba esta dinámica repetitiva? La respuesta puede estar en el contexto.
Tal vez ese Gerente tenga, por encima, a un Gerente General que lo presiona, que pretende definir su estilo de trabajo y no le permite desplegar su propia impronta.
Tal vez existan barreras de comunicación interna, características de la cultura organizacional, que le impidan entablar vínculos con su equipo de trabajo.
Las variables pueden ser distintas, pero lo que resuelve será evaluar las condiciones de esa posición que no favorece a que esa persona pueda trabajar exitosamente.
¿Qué hacemos?
Si continuamos rotando al Gerente Comercial, pero las condiciones a su alrededor son exactamente las mismas, el funcionamiento de ese rol permanecerá sin modificarse. Y ni siquiera podremos conocer cuáles son esas condiciones que generan un malestar a ese lugar. Y así, el próximo que venga a ocupar esa silla, tal vez vuelva a reproducir las mismas condiciones.
¡Llegó el momento, entonces, de quitar el foco de la persona y llevarlo al lugar, a su silla (y sus interacciones o condiciones que crean esa realidad)!
¿Cómo lo hacemos?
Primero, enfocándonos en lo positivo: comprendiendo cuáles son las expectativas y objetivos que ese Gerente Comercial debe cumplir. Y a partir de ahí entender cuáles condiciones son necesarias para que ese gerente pueda cumplir con esos objetivos. Quizás ayude también identificar aquellos momentos en los que el Gerente sí cumplió con ciertos objetivos, para detectar cuáles fueron las condiciones favorables en ese entonces.
Luego, comprender cuáles son las condiciones de contexto que se necesitan para que ese rol pueda desplegarse eficientemente. Por ejemplo:
- Condición 1: que el Gerente General lo deje tener su propia comunicación con su equipo de trabajo.
- Condición 2: crear canales de comunicación simples entre todo el equipo.
- Condición 3: Marcar objetivos concretos.
Asimismo, listar cuáles son las interacciones y condiciones que NO están generando un buen desempeño es fundamental.
¿Te animás a hacer esta revisión? ¡Mantenete atento, pronto te compartiremos un ejercicio sistémico que te ayudará aún más a implementarlo?
El desafío de compartir la familia y los negocios
*Por Noelia Burgos, asesora de aqnitio
¿Por qué compartir los negocios con la familia es un desafío? Existen muchas respuestas, pero podemos empezar por destacar que, en un negocio familiar, se interrelacionan dos subsistemas vinculares: empresa y familia. Y la búsqueda del equilibrio entre ellos nos desafía constantemente, atraviesa nuestros pensamientos, nuestras acciones y nuestras emociones.
Cada uno de estos dos sistemas construye su propia cultura. La sostiene, la tensiona y la transforma; en definitiva, la nutre. En sus inicios, cuando el dueño administrador emprende y da origen a la empresa, ejerce muchos roles al unísono. Por eso la cultura de la empresa familiar está impregnada por esta confusión básica de origen, que se evidencia, con los años, en la tensión que se genera con cada salto de crecimiento.
Entonces, para poder sostener el crecimiento y mejorar las interrelaciones, el sistema empresa y el sistema familia deben superarse. En este proceso, la confianza es un aliado clave. Muchas veces, por ejemplo, son lazos fuertes de confianza y valores compartidos entre amigos los que construyen una sociedad. Esto va dando lugar a que sus familias se interrelacionen más adelante, con el devenir de la empresa. Y a la hora de crecer y acompañar, estos mismos vínculos se refuerzan y se transforman.
Otro aspecto a tener en cuenta es que la gestión de la familia empresaria difiere según el momento de madurez de la misma. La distinción entre quienes son los dueños en términos de la propiedad, quienes asumen la conducción y quienes operan en el día a día de la empresa es muy potente para clarificar roles y funciones.
Los conflictos más comunes se originan porque estas funciones están mezcladas, acentuados por la definición de compensaciones no congruente con los roles. La incorporación de nuevas generaciones pone a la luz estos temas.
Derribando mitos
Sin darnos cuenta arrastramos modelos de pensamiento que pueden ser limitantes, por eso vale la pena resaltar algunos mitos que debemos dejar a un lado:
Mito 1: La empresa familiar es más conflictiva que otras empresas. No, la empresa familiar no es en sí misma más o menos conflictiva que otros tipos de empresas. Sí tiene particularidades, como las que venimos viendo, a las que debemos atender especialmente. Y debemos saber que hay conflictos en los equipos de trabajo que no se vinculan familiarmente y viceversa.
Mito 2: Los vínculos se desgastan por convivir empresa y familia. No, como vimos, en realidad la confianza es clave, porque es la que forma y da vida a una empresa familiar.
Iluminando el camino
Abrir espacios de diálogo, escuchar y ser escuchados es la llave magistral del crecimiento equilibrado. La confianza es una poderosa aliada para que estos espacios se habiliten, tomen cuerpo y se pueda poner en palabras lo que sentimos necesario para crecer y transformarnos. Generando acuerdos dinámicos, que puedan crecer y transformarse también acompañando los latidos de los subsistemas.
Protocolo Familiar: La poderosa riqueza de habilitar procesos de conversación
*Por Valeria Mompó, asesora asociada de aqnitio
En los sistemas de empresas familiares, el vínculo entre familia y negocio ES, existe, tiene “vida propia” y está en constante movimiento como cada uno de los miembros que lo componen.
Ese vínculo es más amplio o más estrecho; más cotidiano, más fluido, más dinámico, más claro; ES según cada sistema. ¿Cómo están siendo observados por cada miembro los vínculos de familia y los de negocio?, ¿cómo está siendo observada esa conexión? y ¿qué formas encontramos en las empresas familiares que acompañen el proceso de construcción y mantenimiento de un vínculo claro y sano entre familia y negocio?
Una de las acepciones del concepto PROTOCOLO es: conjunto de reglas que se establecen en el proceso de comunicación entre dos sistemas.
¿Será que tener reglas es la mágica solución? Entonces es muy fácil, vengan y escríbannos las reglas; o que alguno de la familia se ocupe y después nos las envíe por wapp.
En lo profundo ¿eso aseguraría un conjunto de reglas que contemplen los intereses individuales y el colectivo?, ¿y habilitaría el cumplimiento? Podríamos pensar en el armado de un PROTOCOLO como un proceso de diálogo, un proceso de conversaciones para el logro de acuerdos y así esos acuerdos sean las reglas. Un proceso que lleva tiempo, recurrencia y práctica.
Práctica de conversación, práctica de poner en palabras intereses individuales, sentires, emociones para luego poder lograr los acuerdos colectivos. Práctica de danzar entre el hablar y el escuchar; entre el escuchar y el hablar.
Un acuerdo se genera pudiendo expresar intereses propios, escuchando el de los demás y con una fuerte disponibilidad para la construcción colectiva.
Quizás esa es una de las poderosas riquezas que tiene la herramienta del PROTOCOLO, la de ser un proceso de aprendizaje de comunicación para que en las empresas familiares los intereses individuales y los colectivos puedan ser expresados y fluyan. Para que quienes forman parte de los subsistemas familia y negocio hagan habito de espacios donde esos intereses y emociones individuales como colectivas, se encuentren y se compartan en libertad y claridad.
Construir acuerdos es poder reconocerse cada miembro y reconocer al otro: ¿qué quiero?, ¿qué quiere el otro? y con eso poder armar un gran rompecabezas de lo que queremos en conjunto.
Quizás lo más valioso no es el conjunto de reglas ni cada cuánto se revisen o modifiquen, quizás lo más valioso es tener en las empresas familiares la cultura de construir acuerdos integrados con la mirada individual de quienes las componen y el deseo colectivo.
Fin de año: ¿final del camino o solo un puente?
Llega diciembre y casi inevitablemente pensamos en balances, cierres y reportes finales. ¿Pero qué pasa si esta necesidad de “cerrar” se siente como presión demasiado impuesta?
Si bien para algunas personas cerrar ciclos puede ser una oportunidad para medir resultados y desafiarse a seguir creciendo; para otros esta necesidad de llegar a fin de año con todo resuelto y listo para ser evaluado puede ser una presión demasiado intensa. Y esto no tiene que ver con perder tiempo o ralentizar procesos, sino simplemente con que quizás ahora no sea el momento de evaluarnos.
¿Qué pasa si lo pensamos de otra manera?,¿qué pasa si en vez de un fin de ciclo, diciembre fuera un PUENTE que marcara una continuidad con el año siguiente? En ese caso quizás nos preguntemos continuidad de qué… ¡de muchas cosas!
Continuidad de trabajo con los mismos equipos con los que este año logramos cosas positivas.
Continuidad para profundizar esos aprendizajes de este año que queremos seguir aprovechando en el futuro cercano.
Continuidad con las experiencias y rutinas que nos hicieron bien y queremos repetir en los próximos meses…
CONTINUIDAD, ni más ni menos.Porque muchas veces lo que necesitamos es permitirnos un tiempo adicional para profundizar ideas, para que eso mismo que venimos haciendo termine de florecer. Porque a veces los tiempos de la planificación no son los realmente posibles. Porque en ocasiones los buenos resultados se hacen esperar un poco más. Y porque todos tenemos nuestro tiempo, todo tiene su propiotiempo.
A veces la flexibilidad puede marcar una gran diferencia. ¿Cómo estás llegando vos a diciembre?, ¿estás para vivirlo como un final del camino o como un puente?
Empresas familiares: cómo realizar una sucesión generacional ordenada
*Artículo publicado en Cronista
Uno los principales problemas a los que se enfrentan las pymes es el de la transición generacional. Muchas empresas no logran sortearla y quedan en el camino, según la potenciadora de empresas aqnitio, aproximadamente el 70% no llega a la segunda generación y el 90% no llega a la tercera. Por qué sucede esto es la pregunta que surge. Las respuestas son múltiples, pero tienen un conductor común: la planificación.
Javier Dulom, socio de aqnitio, plantea que la sucesión de las Empresas Administradas por sus Dueños y Familiares (EADyF), “es un tema que fue tratado por muchos autores en los últimos 50 años y comprende un proceso crítico y complejo. Crítico porque de su éxito depende la continuidad y complejo porque que refiere a cuatro dimensiones de la organización empresarial familiar: operación, dirección, propiedad y familia e involucra, eventualmente, la evolución del paradigma del dueño-administrador a uno que admita el involucramiento de otros”.
“El fundador se siente el dueño de la empresa, pero finalmente es el acreedor de última instancia, aunque no lo perciba así. El primer punto es entender qué debe hacer la transición en vida y no esperar a que suceda después de su muerte“, apunta.
Aquí aparece el segundo gran problema. “Muchas las empresas suelen no distinguir la propiedad, de la dirección y de la gestión. Y los tres planos tienen su rol en el sistema de gobierno de una empresa. Cuando todo eso está en cabeza de una sola persona, no hay interés en delegar esos planos. El consejo es armar un directorio, que funcione como un advisor board para tomar las mejores decisiones y, a la vez, genere un espacio para la transición generacional”.
Dulom plantea que son tres los aspectos a tener en cuenta: la delegación, la integración y la formación. La delegación en sus dos vertientes. En el ámbito operativo que transfiere las tareas del día a día a personas competentes y formadas para gestionarlas adecuadamente y en el ámbito de la dirección, que asegura la continuidad y permite una mirada de largo plazo que desarrolla de manera natural el dueño administrador.
La integración, apunta, permite “la creación de una verdadera Familia Empresaria, con una sólida cultura emprendedora”. Y la formación, porque es el modo de “ampliar horizontes, obtener nuevas herramientas y estar en condiciones para tomar decisiones”
Delegar en directorio
Para las empresas familiares, la continuidad del negocio es uno de los aspectos más cruciales y ríspidos, que inevitablemente deben enfrentar en algún momento. Y la conformación de un directorio se transforma en un elemento crucial.
Según un informe de Adiras, el 63% de las pymes no cuenta con un directorio activo, ni tampoco sus socios se reúnen con frecuencia, lo que denota una cultura carente de la configuración institucional adecuada. Un dato que parece corroborar la soledad con la que los dueños gestionan las pymes.
Javier Viqueira, fundador de Adox, una empresa argentina que se dedica al diseño y desarrollo de aplicaciones tecnológicas, y Raúl Morales, fundador del operador logístico iFLOW supieron delegar la operación de sus empresas en un management profesional y un directorio calificado. Así se transformaron, con su experiencia y visión, en más consultores de sus empresas que números uno.
Viqueria lo resume así, “hoy el 80% del tiempo lo dedico a lo estratégico, lo que me lleva a estar mucho tiempo fuera de mi empresa: de hecho, de mi tiempo laboral en épocas normales menos del 20% lo dedico a temas operativos”. Ahora participa activamente en cámaras empresarias y ONG´s empresarias, “lo que me permite llevar conocimientos y herramientas que adquiero en el mercado a mi propia empresa”.
Morales, por su parte, cuenta que “Argentina te absorbe con temas del día a día: inflación, alzas de precios, negociaciones de precios con clientes, ecuaciones de costos, amén de la enorme inestabilidad que eso genera. Por lo que el porcentaje que absorbe de mi día a día está por encima del 50%”.
Hoy son sus tres hijos quienes tomaron las posiciones directivas y él asume el rol de consejero hacia la generación más joven y hacia el staff. “Tratando de salir del día a día lo máximo posible, y ofrecer mi experiencia y pensamiento para enriquecer y empoderar las capacidades del nuevo directorio y del management”, apunta.
Tips para la prevención de los conflictos en las empresas familiares
*Artículo publicado en La Nación.
Las empresas familiares suelen enfrentarse a conflictos de todo tipo y es fundamental saber abordarlos de una manera que no afecte al negocio ni la calidad de vida de sus miembros. Puede suceder que haya cuentas pendientes, no solo económicas sino emocionales debido a que las personas sientan que reciben un trato diferente o que haya intereses disímiles.
O que no todos tengan las mismas expectativas respecto de las retribuciones y las relaciones con el dinero, la información y transparencia para los familiares que están por fuera de la gestión de la empresa o por cuestiones generacionales.
Otros inconvenientes pueden tener que ver con el rol de los directivos con los familiares que no trabajan, la sucesión o la política de reparto de beneficios. A veces, en los sistemas familiares sucede que una persona está ocupando la silla de otro, sale a sostener algo que no es suyo y su silla queda vacía, pero esto no es consciente.
En este sentido, dependerá de cómo la persona se autoafirma y cuánta conexión tiene con sus vínculos para darse cuenta de si se siente preparada para estos procesos de conflictos, que muchas veces tienen que ver con los ciclos de vida de las personas.
Lo importante aquí es brindar un enfoque centrado en soluciones y también buscando potenciar los recursos de las personas. En primer lugar, es clave tener en cuenta los vínculos, dado que hay una base de vínculos muy fuerte en este tipo de empresas y eso tiene que sumarnos, no restarnos. Entonces hay que lubricar el vínculo para que esté vivo y sostenga toda una red.
Cuando una persona tiene un conflicto, sus recursos tienen que salir a flote para poder resolverlo. Y hacer hincapié en lo que cada uno de los miembros tiene para aportar, sus fortalezas. No estar desdibujado en un conflicto, ocupar un lugar, que la persona pueda darse cuenta de qué puede aportar para resolver ese conflicto.
Hay momentos en que este tipo de situaciones afecta la calidad de vida. Es ahí donde hay que pedir ayuda. Es una actitud inteligente tener recursos a la mano y usarlos.
En este escenario, la comunicación es una variable fundamental. Conversar implica el lenguaje, la corporalidad y la emocionalidad. Y la conversación más difícil es la que no se hace. Por ejemplo, si una persona se pelea con su hermano y no puede conversar profundamente, se encuentra con que tiene una limitación en lugar de una capacidad y no va a poder llegar a acuerdos. Al momento de resolver conflictos, la capacidad de conversar abre posibilidades en la efectividad laboral o, por el contrario, limita si no se la tiene desarrollada.
Por esta razón, promover dentro de la familia competencias conversacionales previene muchos conflictos, por un lado, pero a la hora de prevenir conflictos, -ya que es inevitable que surjan- es importante formarse en este tipo de competencias. Y aquí el líder tiene un rol fundamental, porque puede estar gestionando y ayudando, pero si quiere que hacia abajo su equipo resuelva conflictos, le tiene que dar herramientas. El líder necesita tener buenos recursos y formación en resolución de conflictos, pero generalmente las personas estudian una carrera y reciben una formación profesional en la que no se hace foco en herramientas de gestión de conflictos.
Trabajo en resolución de conflictos desde hace 20 años y desde Aqnitio notamos que en el sector agropecuario no existía ningún espacio especialmente orientado a las empresas de familia para ayudarlas en la resolución de conflictos. En este tipo de organizaciones sucede que cuando se generan conflictos los vínculos familiares y personales sufren y las personas pierden calidad de vida en el día a día.
La autora, Natalia Bernardoni, es directora del Centro de Resolución de Conflictos para Empresas Agropecuarias de Aqnitio
Creamos un centro para resolver conflictos en empresas agropecuarias familiares
*Artículo publicado en La Nación.
Muchas veces, en las empresas agropecuarias administradas por sus dueños se pueden generar conflictos con el resto de los integrantes de la familia. Para prevenir estas situaciones, en Aqnitio creamos el Centro de Resolución de Conflictos para Empresas Agropecuarias, con el objetivo de brindar a las firmas del sector herramientas concretas de intervención y formación.
Queremos acompañar al administrador y a la familia empresaria “en procesos difíciles para que puedan tomar decisiones y gestionar positivamente las situaciones que hoy les generan conflictos y los llevan a un desgaste en los vínculos dentro de la organización”.
El servicio posee tres áreas principales de abordaje de conflictos: por un lado, el asesoramiento en la gestión de conflictos; por otro, la intervención y; por último, la formación del equipo en la prevención.
Los expertos del centro podrán intervenir “creando un proceso adaptado a las necesidades de la organización con metodologías de gestión de conflictos como: negociación, mediación, diálogos apreciativos, metodologías participativas, etc”.
También brindamos “formación específica a los equipos de trabajo en formas de prevención de conflictos durante la intervención con el objetivo de instalar la capacidad como una habilidad fundamental para el desarrollo saludable de la organización”.
El centro es liderado por la abogada, graduada en la Universidad de Buenos Aires (UBA), Natalia Bernardoni, experta en gestión de conflictos.