*Por equipo aqnitio
¿C ada cuánto se sientan a conversar los integrantes de tu empresa familiar? Y cuando lo hacen, ¿cómo son esos encuentros?, ¿qué temas abordan y de qué manera?
A veces, escuchar y responder con empatía, generar diálogos genuinos y abrirnos al encuentro es difícil. O, por lo menos, no es lo más frecuente en el entorno laboral.
Evitamos “los encontronazos”, los choques, los conflictos, porque todos, en definitiva, queremos lo mismo: que a la empresa le vaya bien y que no hayan discusiones. Pero esa calma aparente no representa un bienestar real y tangible. Es necesario que todos y cada uno de los integrantes de la empresa se sienta escuchado, valorado y tomado en cuenta, ¿no te parece?
El diálogo es la llave para que la conversación sea más plena
Durante el mes de julio, en aqnitio, tuvimos la hermosa oportunidad de compartir 3 encuentros sobre, justamente, Diálogo e integración generacional. Y escuchando (nos) aprendimos qué cosas le pasan, qué sienten y cómo viven la integración cada una de las generaciones que forman parte de una empresa.
Pilar Padilla, una de las facilitadoras, nos ayuda a entender la propuesta: “Estos encuentros se han enmarcado en la Integración Generacional y la propuesta fue pensar en el concepto de INTEGRACIÓN, porque a través de ella podemos darle espacio a las diferentes posturas que conviven dentro de la empresa, para que puedan coexistir. Generalmente, las complicaciones en esa convivencia se dan por la falta de diálogo y lo que hicimos fue proponer una diferenciación entre una monologación y una conversación”
Explica Padilla que lo que caracteriza a una monologación es que “le hablamos al otro y no CON el otro. Y así, se genera una relación de superioridad en la que importa más lo que yo tengo para decir que lo que el otro tiene para expresar. De hecho, suele suceder que, incluso, presuponemos lo que piensa o lo que va a decir la otra persona y esperamos a que el otro termine de hablar para dar nuestra idea o lo que nos parece más importante”.
Cuando no sabemos conversar dialogando lo que sucede es que una idea no incluye a la otra, porque no se integran las miradas y no se produce una verdadera construcción.
“En cambio, lo que sería ideal es poder construir conversaciones en las que dancemos con el fluir de las ideas, escuchando al otro, dándole espacio y ‘voz’. Sabemos que hubo una conversación dialógica cuando, luego de ese encuentro, se produjo una transformación. Es decir, no salimos iguales de una conversación genuina, salimos diferentes, transformados. Esa es la contribución, la posibilidad de crear puentes”, resume Padilla.
La mejor pregunta en una conversación es la que es atinada a ese momento, la que muestra que estoy presente y conectado con la conversación.
La integración generacional va más allá de la simple coexistencia; se trata de fomentar un diálogo constructivo, de crear espacios de encuentro donde las distintas perspectivas se enriquezcan mutuamente. Los miembros de las generaciones más jóvenes aportan ideas innovadoras, una visión fresca del mercado y un dominio de las nuevas tecnologías, mientras que las generaciones mayores ofrecen experiencia, sabiduría y una profunda comprensión de la historia y los valores de la empresa.
Entonces, ¿por qué deberíamos sentarnos a conversar abiertamente? Los beneficios son muchos y variados: pero, destaquemos especialmente el fortalecimiento de los vínculos familiares y laborales. Trabajar juntos y en un ambiente de armonía consolida la unidad alrededor de un proyecto común, y esto genera, a su vez, mayor estabilidad y continuidad.
¿Y qué necesitamos para que el diálogo suceda? “Que las dos personas tengan un deseo y voluntad de llevar adelante una conversación, desde una postura de aprendiz, de no saber, porque queremos descubrir lo que el otro piensa. Esto requiere una postura de humildad y de tolerancia a la incertidumbre. Incluso, los silencios son la pausa que nos permiten reflexionar y pensar bien qué voy responder a lo que el otro me está diciendo. Esto implica una horizontalidad; nadie es superior al otro, todos tenemos algo importante para decir”, destaca la especialista.
Cuando no valido al otro, no le doy espacio, puede haber una ruptura. Y esas rupturas, en una empresa familiar, pueden ser muy pesadas y complicadas. Por eso, es tan importante dedicar el tiempo que corresponde a las conversaciones, es una inversión importante para prevenir.
¡Te esperamos en el próximo encuentro sobre este tema!
Conocé todo sobre esta invitación especial ACÁ.