Vacaciones 2024: las claves para una desconexión total durante el período de descanso
*Artículo publicado en El Cronista
Es temporada de vacaciones y llega el momento en el que muchos buscan lograr una desconexión que les permita recargar energías para el resto del año. Pero la preparación para poder, efectivamente, salir de vacaciones es un trabajo en sí mismo. Hay que dejar todo en orden para poder disfrutar al máximo el período de descanso, sin interrupciones laborales.
Hacer una pausa del trabajo permite reducir la carga de estrés que se acumuló a lo largo del año. Sin embargo, hay quienes a raíz de una tendencia al sobrecompromiso laboral, tienen dificultades en lograr despejarse del todo. El problema es que no tomarse vacaciones puede traer consecuencias graves a nivel físico y mental, pero también puede tener un impacto en el ámbito social del trabajador.
En el momento de salir de vacaciones es necesario organizarse y dejar las tareas en orden. Hacerlo minimizará el riesgo de interrupciones durante el período de descanso.
“Hace falta que nuestra cabeza quede despejada de los asuntos laborales. Para eso hay que tener todo planificado y ordenado. Lo ideal es hacerlo durante todo el año, así cuando llega el momento de salir es más fácil”, dice Agustina Aromando, responsable de Gestión de Personas de aqnitio, consultora especializada en empresas familiares.
No dejar para mañana lo que puede hacerse hoy
La especialista agrega que es conveniente terminar las tareas más difíciles y arduas antes de iniciar el descanso. De esta manera, el retorno será más sencillo, -lo más difícil ya está resuelto- y se corre menos riesgo de interrupciones con temas urgentes.
“En caso de que haya tareas pendientes que no se pueden resolver, hay que dejar bien en claro quién es el responsable de seguir cada tema. Si se puede, en un documento compartido que indique cuál es el estado actual y cuáles son los deadlines que quedan para adelante“, explica Aromando.
Además, se debe definir quiénes quedarán como relevo durante las vacaciones. A estas personas se las debe entrenar para que estén al tanto de cada uno de los temas pendientes.
En la consultora de recursos humanos Adecco señalan que es útil tener un manual de procedimientos, que deje en claro cómo se debe actuar ante situaciones imprevistas que puedan surgir durante el tiempo que duren las vacaciones del colaborador.
Anticipación ante todo
“Es una forma de anticiparse y dar respuesta a todas las inquietudes que puedan surgir en el transcurso del horario laboral. De esta manera, los empleados podrán recurrir al material para esclarecer cualquier duda y así poder cumplir con las tareas asignadas de manera proactiva y exitosa”, detallan.
Cuando finalmente llega el momento de dar comienzo a las vacaciones, es indispensable lograr desconexión total. Así se se asegura el real descanso y un retorno más eficaz a la oficina. “Resulta paradójico que muchos empleados pasen sus vacaciones respondiendo mails laborales, viendo mensajes y resolviendo problemas. Para que las vacaciones puedan cumplir su función, los empleados necesitan desconectarse totalmente de sus tareas, de manera que no sea necesario responder nada porque habrá alguien para cubrir sus responsabilidades“, cierran.
¿Tienen espalda las PyMES para atravesar la crisis?
*Artículo publicado en Aire Digital
El contexto político actual y sus derivaciones económicas abren un interrogante: ¿tienen espalda las PyMES para sostener lo que se viene?
Si bien enfrentarse a los riesgos no es un desafío exclusivo de las pequeñas y medianas empresas, se trata de un motor clave de la economía argentina y que genera la mayor cantidad de puestos de trabajo privados de la población económicamente activa. De hecho, de acuerdo a la consultora Hucap, las PyMES han empleado en el primer trimestre de este año al 64% de los asalariados registrados.
La historia viene demostrando que, frente a diferentes períodos electorales, los desafíos son generalmente los mismos y que al tener recursos más limitados y menor diversificación de operaciones, se trata de un segmento muy acostumbrado a enfrentarse a vaivenes económicos de distinto tipo teniendo que trabajar “en un escenario de incertidumbre y con condiciones macroeconómicas cambiantes”, señala Gonzalo Morales, CEO y Cofounder de Seeker Parking.
Para Manuel Font, asesor de Aqnitio, frente al riesgo que introduce cada crisis, resulta fundamental parar la pelota y “preguntarse por aquéllas cuestiones que verdaderamente pueden salir mal, es decir, cuáles son los drivers que nos llevaran a la materialización de ese riesgo en un problema concreto y cómo y dónde nos pega ese problema”.
Los problemas visibles
De acuerdo a lo que vienen observando, desde la consultora Hucap manifiestan que “los principales riesgos que van a tener que enfrentar las empresas tienen que ver con la incertidumbre política en lo que respecta a legislación y regulaciones, políticas fiscales y tributarias, que podrían implicar ajustes en las tasas impositivas o cambios en los beneficios fiscales y cambios en la política comercial nacional e internacional. Estos últimos, también podrían afectar la cadena de suministro, especialmente aquellas industrias que dependen de importaciones/exportaciones”.
Su CEO, Natalia Terlizzi, además, alerta sobre la volatilidad económica y la política que se adopte en relación al tipo de cambio para saber “si se va a avanzar o no en una efectiva dolarización de la economía, todo esto en un escenario de alta inflación, donde el objetivo principal es evitar un incremento de la misma o incluso una hiperinflación”.
Algo que también las empresas ya tienen bien identificado y que para el empresario inmobiliario Oscar Puebla se plantea como un verdadero problema es la falta de inversión en la infraestructura de servicios: “Sabemos que una mayor producción depende, en muchos casos, de contar con la capacidad eléctrica necesaria para sostener la fábrica”, dijo.
Si Argentina entra en un período de estanflación prolongada, además de los problemas financieros, habrá que ver cuál es el impacto en la demanda agregada.
Pero, según Gonzalo Morales, “tambiénexiste una expectativa positiva frente a ciertos anuncios informales en materia impositiva ya que en la actualidad existe una presión tributaria elevada y no solo es ocasionada por el gravamen total, sino que también pesa la cantidad de tributos que hay que pagar e impulsar el aumento del crédito interno”.
Asimismo, para Francisco Costa y Martín Bayugar de Naaloo, “una eventual renovación de la ley laboral, alineada con las nuevas prácticas y vínculos, podría generar impactos positivos, aunque algunas cámaras de pequeñas y medianas empresas expresan preocupación por la posible apertura total del mercado; mientras que la falta de claridad en el plan económico gubernamental mantiene este tema como una incógnita”.
La fortaleza del capital humano
El margen de error que tienen las PyMes a medida que una crisis se acrecienta, se reduce y siempre va estar relacionado con la “espalda” que la empresa tenga, la cual no está solamente atada a la capacidad económica de afrontar tiempos complejos sino también de “fortaleza en cuanto a equipos de trabajo, complementariedad entre áreas, liderazgo, ordenamiento interno, profesionalización del management y acompañamiento político de la dirección por parte de la propiedad”, destacan desde la consultora Aqnitio.
Si bien los problemas financieros son una parte significativa de los desafíos que enfrentan las PyMes argentinas, las crisis pueden tener varias dimensiones y “en muchas ocasiones, los emprendedores enfrentan crisis por desconocer la realidad de su negocio, desde los ingresos hasta las deudas. Por eso es crucial gestionar estos aspectos internos para tomar decisiones acertadas frente a factores incontrolables”, explica Iván Boix, líder estratégico de Alegra.com.
Algunas crisis pueden tener que ver con cambios en las preferencias de los consumidores, de lógicas de mercado u otras cuestiones que puedan afectar a algún negocio en particular.
El especialista en PyMES, Alejandro Oliverio, señala que la economía de un país influye significativamente en todas las otras variables de la empresa y que, además, “existen riesgos operativos como incidentes de seguridad, nuevas legislaciones o disrupción tecnológica y riesgos comerciales con el ingreso de nuevos competidores o cambios en los gustos de los clientes”.
Eso lleva a pensar que en tiempos de crisis no todo está perdido y que hay algunas cuestiones que son gestionables dónde las PyMes sí pueden ejercer control “como la eficiencia operativa, la gestión de inventario, llevar los números de forma ordenada y la optimización de procesos”, señala Ivan Boix quién destaca que “la supervivencia y la capacidad de gestionar riesgos no se limitan exclusivamente al tamaño de la empresa y a la cantidad de recursos ya que las PyMes tienen ventajas inherentes, como su capacidad de adaptación ágil y toma de decisiones más rápida. No es simplemente una cuestión de tamaño, sino de organización, previsibilidad y flexibilidad”.
La creatividad también desempeña un papel crucial en tiempos de cambio y crisis. Las PyMes deben ser creativas para encontrar soluciones innovadoras, diversificar sus ofertas y adaptarse a las demandas del mercado.
“Vivimos en una era donde la producción se ha simplificado enormemente, haciendo que la creatividad sea el diferencial clave. En tiempos difíciles, la innovación se vuelve esencial en todas las áreas. Desde aprovechar nuevas herramientas hasta identificar las necesidades emergentes, la creatividad implica un trabajo diario de análisis de datos, interpretación contextual y búsqueda constante de oportunidades”, indicaron desde Naaloo.
Finalmente, todos los especialistas coinciden en que en necesario que las PyMES se encaminen hacia una etapa superadora con una cultura del cambio que permita tanto a las personas como a la organización evolucionar y adaptarse de manera continua.
Pymes familiares: la convivencia generacional, la falta de delegación y el acceso al crédito como principales desafíos según una encuesta
*Artículo publicado en Agenda Pyme
Un relevamiento entre 65 empresas, realizado por la consultora Aqnitio, mostró los desafíos más relevantes en las firmas familiares. Uno de los principales es la falta de definición de roles profesionales en la organización. De acuerdo a la encuesta de Aqnitio, «un 70% basa su organización en personas, más que en los procesos. ”Asistimos a un personigrama. Las organizaciones administradas por sus dueños crecen basadas en sus círculos de confianza”, destacó Javier Dulom, socio de aqnitio.
Otro de los desafíos es el financiamiento. «El 66% se financia con capital propio o familiar, eventualmente con proveedores o finanzas personales. “Hay bajo acceso al crédito (bancario) y existe una concepción de que es más conveniente financiarse con capital propio. Hay temas culturales, de educación financiera y de contexto que no ayudan demasiado a encontrar otras formas de financiación”, explicó Dulom.
Por otro lado, la investigación muestra que el 46% no delega, se reserva todas las decisiones. Y sólo el 22% de los empresarios delega a personas de confianza.
¿Por qué no delegan? “Están los que no saben; están los que no quieren; están los que no pueden y están los que no saben, no quieren y no pueden. En general es una combinación”, explicó Diego Slobodianinck, socio de Aqnitio. “Está muy vinculado con la confianza. Los que delegan, lo hacen en personas de confianza. Cuando la organización comienza a tener otras necesidades, a crecer, se inicia una tensión, que puede derivar en evolucionar o en conflictos”, agregó Slobodianinck.
Por su parte, Dulom agregó: “La razón por la que los dueños no delegan son poder y control; hay un deseo de no perder el poder y mantener el control. Lo que más les cuesta delegar es aquello les permite sentir que mantienen el control o el poder. Lo último que delegan es la caja, el manejo del dinero”.
Y advirtió: “Para crecer, las empresas deben pasar de un modelo de círculo de confianza a otro más profesional, basado en procesos y en sistemas. Esa forma de organización cuando no limita el crecimiento, implica mayor riesgo”.
Otro de los obstáculos es la planifiación a largo plazo: el 20% sólo planifica las ventas mensuales.
“Muchos empresarios planifican casi día a día. Hay una idea de que no tiene sentido planificar en nuestro país”, expresó Dulom. “Por otro lado, les cuesta empezar a compartir decisiones con otras personas”.
A lo que Slobodianinck agregó: “Cuanto más difícil es predecir el comportamiento de una variable, más importante es tener un plan. No para acertar qué comportamiento tendrá esa variable en el futuro, sino para tener un mapa por dónde moverse. La planificación permite tener guías de acción, no implica acertarle al futuro”.
En tanto, el 26% no reconoce a la familia como parte del sistema, no comparte información con sus integrantes.
“No existe empresa familiar sin una familia empresaria, que tenga una sólida cultura emprendedora. Si no hay una familia empresaria, habrá una empresa administrada por sus dueños, pero no una empresa familiar en el futuro”, concluyó Dulom.
Ceder para crecer: cuándo y cómo convocar ‘extraños’ para profesionalizar mi compañía
*Artículo publicado en Cronista
Tarde o temprano llega un momento en la vida de una pyme en el que los fundadores se plantean si es necesario recurrir a la ayuda de extraños para seguir creciendo. Convocar a personas ajenas a la organización para profesionalizar los procesos y el management es una estrategia común, pero no exenta de desafíos. No se trata solo de saber cuándo es el momento adecuado para iniciar el camino, sino también de saber aprender a ceder el control.
Lo que queda claro es que cuando se decide dar el primer paso hay que hacerlo con todo. Contratar un management profesional trae innumerables beneficios para una compañía. El que llega de afuera viene con una mirada distinta que permite repensar la manera de trabajar y de hacer las cosas dentro de una compañía, y puede ayudar a mejorar la eficiencia y crear procesos sólidos y estandarizados.
“Hay varios motivos por los que es conveniente. Antes que nada porque al hacerlo se mejora la gestión y con ello la eficiencia. En definitiva, lográs una mejor competitividad y no vas a quedar fuera de un mundo que avanza cada vez más rápido. Es importante tomar la decisión y empezar”, dice Luciana Colombo, gerente de Operaciones de aqnitio, una consultora especializada en empresas familiares.
El momento de llamar a los expertos varía de compañía en compañía y, en definitiva, solo el dueño sabrá cuándo hacerlo. El detonante podrá ser la necesidad de mejorar la administración financiera, la de recursos humanos o, incluso, todo el negocio. Y en función de ello cambiará el perfil buscado.
“Es como decidir tener hijos. Nunca es buen momento, pero a la vez siempre es el momento correcto. Lo cierto es que llega un punto en el que los fundadores se dan cuenta de llegó el tiempo de abrirse un poco. Puede ser porque están cansados, porque tienen que planificar la sucesión o porque hay algunas áreas que quieren potenciar”, agrega.
Paso a paso
Antes de dar el salto es conveniente hacer un diagnóstico de la situación para entender en qué estado está la compañía. Se impone analizar los recursos financieros, la gestión del capital humano y conocer a fondo la cultura de la organización, de manera de conocer el punto de partida. Desde allí se podrán fijar objetivos de corto y de largo plazo. Tienen que ser metas claras y medibles. Y hay que hacer reuniones periódicas para revisar el rumbo y hacer ajustes en caso de ser necesario. Con toda esa información, se va a desarrollar el plan estratégico y se identificará en qué áreas trabajar.
“Creo que lo primero a tener en cuenta en el proceso de profesionalización es la gente. Hay que contratar colaboradores con habilidades específicas y, además, capacitar el talento que ya está en la organización. No hay procesos ni nada que funcione si no están las personas”, dice Colombo.
Hay que documentar los procesos internos de la compañía. Eso permitirá buscar formas de mejorar la eficiencia y eliminar redundancias. Para esta tarea, la tecnología es una aliada importante. Por ello, es conveniente considerar implementar sistemas de gestión y de análisis que permitan hacer un seguimiento.
A veces traer gente de afuera puede generar ruido. En algunos casos, puede suceder que el dueño lo haga sin estar del todo convencido y cuando llega la persona de afuera no le da la libertad de desempeñarse como realmente querría. Para evitar estas situaciones, Colombo dice que hay que tener mucho cuidado en el proceso de selección.
“Cuando se decide recurrir a alguien de afuera es fundamental trabajar en la confianza. Es una persona ajena al núcleo familiar o fundador, pero que va a empezar a tomar decisiones que afecten a la empresa. Tiene que ser una persona que esté alineada con el propósito y la cultura de la organización. Esos son dos factores claves para lograr el enamoramiento entre las partes”, agrega.
Un headhunter fue quien convocó, en 2019, a Gonzalo Santander para ser gerente general de una pyme. Los fundadores de la compañía en cuestión ya habían intentado a principios de ese mismo año dejar la dirección en manos de un tercero, pero tras no haber alcanzado los resultados esperados, decidieron buscarle un reemplazo.
“Los dueños habían creado la empresa hacía 24 años y se dieron cuenta de que era necesario que salieran del día a día del negocio si querían que la organización pasara al siguiente nivel. Son tres hermanos con un vínculo de confianza muy grande entre sí y que estaban al frente de las tres áreas claves: operaciones, comercial y finanzas”, dice Santander, CEO de Grupo Traslada, empresa especializada en brindar soluciones de transporte y logística.
Control total
Para aceptar la propuesta, el ejecutivo puso una condición sine qua non. Si bien él reportaría a los dueños de la compañía, tenía que tener libertad de acción y decisión para el día a día. Si eso no se cumplía iba a ser difícil que pudiera llegar a los objetivos.
A pesar de haber aceptado los requisitos, los fundadores siguieron yendo diariamente a la oficina durante un tiempo. Sin embargo, al cabo de dos o tres meses empezaron a espaciar las visitas. Este paso, dice Santander, era necesario para cortar el cordón con la organización. Es que con 24 años de estar inmersos en las operaciones, los empleados estaban acostumbrados a tratar directamente con los dueños, lo que podía hacer más difícil el éxito del proceso.
“Se fueron las tres personas que más conocimiento tenían de la compañía y necesitaba cubrir tres posiciones claves. Dos de las vacantes se completaron con gente de afuera y para la tercera hicimos una promoción interna. Yo no quería que sintieran que un extraño venía a cambiar las cosas sin fundamento. Por eso durante el primer mes organicé reuniones con todos los colaboradores. La idea era que me contaran qué estaba haciendo bien y qué creían que se podía mejorar. Todos podían proponer”, explica Santander.
Todo esto le sirvió para conocer a fondo el negocio y la cultura de la organización. Además, encontró dónde estaban algunas de las trabas que le ponían un freno al avance de la empresa. Cuando indagó por los procesos de la compañía surgieron respuestas como: “Acá siempre se hizo así” o: “Lo hacemos así porque lo pidió el dueño”. Y con esa información en la mano pudo elaborar un plan de acción.
“Desde el lado de los dueños siempre estuvo claro que profesionalizarse era necesario para que la compañía pudiera crecer. Pero hacia dentro de la compañía hay que ganarse la confianza de los colaboradores. Muchos estaban acostumbrados a trabajar codo a codo con los fundadores y ahora tenían un intermediario en esa relación e iban a tener que hacer evaluaciones de desempeño. Puede ser un proceso muy doloroso si se lo mira desde esa óptica”, agrega.
Santander entendió que uno de los aspectos que debía rescatar era la cultura que se había formado en la organización, que tenía la cercanía como característica principal. A partir de allí se empezarían a hacer los cambios, que no iban a ser drásticos. De hecho, muchos estaban ya en la cabeza de los dueños, pero no llegaban a plasmarse en un papel.
Lo importante, señala, era tener una hoja de ruta clara y que toda la compañía la conociera. De allí saldrían los objetivos de mediano y largo plazo.
“En las empresas familiares las discusiones son muchas veces en el almuerzo familiar del domingo. Por eso, parte del cambio favoreció a los empleados, incluso aunque dejaran de reportar al dueño. Lo que se perdió de la cercanía y el vínculo con los dueños, se ganó con transparencia en la información. Ahora los temas laborales se discuten en reuniones de trabajo“, explica.
Cambio de estrategia
Cuando ingresó, la empresa todavía se llamaba Traslada. Parte de su estrategia de crecimiento fue crear la marca Grupo Traslada, como paraguas para contener las nuevas unidades de negocios de almacenamiento y logística.
“La compañía todavía era vista como una agencia de remises. Pero había un gran nivel de inversión en tecnología. Nuestra meta era ofrecer soluciones de movilidad a partir del uso de tecnología, porque entendimos que vendemos mucho más que un traslado de pasajeros”, destaca.
Agustín Fazio, director de ventas de ASAP Consulting, dice que en la historia de la compañía fue muy importante tener en claro que el plan de acción a tomar para la profesionalización debía apoyarse en el crecimiento. Con más de 15 años en la industria tecnológica, esta empresa. que nació para acompañar el crecimiento de otras organizaciones, vio que le había llegado el momento de dar el salto.
“No queríamos equivocarnos en armar procesos que ‘engrasaran’ la operación cuando todavía el tamaño no lo requería. Pero para dar el salto a un siguiente nivel, fue clave la adopción de un sistema de gestión, indicadores de performance y uso de software en nuestros servicios centrales; cada uno a su debido tiempo. Y contando con el plus de tener nuestro equipo de desarrollo, pudimos crear las herramientas que mejor se adaptaban a la necesidad”, explica.
Marchar sobre ruedas cuadradas
La compañía se dio cuenta de que tenían que dejar de empujar una carretilla de ruedas cuadradas, incluso aunque hacerlo le diera resultados. A veces tomarse una pausa ayuda a pensar mejor y a encontrar la solución adecuada, a poner las ruedas correctas que permiten llegar más lejos.
“No dejamos que las iniciativas se caigan y por sobre todo, nos hemos esforzado en que se adopten los cambios. No fue sencillo, y el período de transición menos aún, pero hoy podemos ser mucho más eficientes gracias a esas pausas”, agrega Fazio.
El ejecutivo señala que desde sus inicios ASAP tuvo una visión muy marcada sobre el talento que debían tener en la compañía. Había que mezclar personalidades y ser multigeneracional. Esto implicaba unir en el equipo base, personas con mucho recorrido profesional con jóvenes enérgicos y entusiastas.
“Cuando la compañía tiene esa esencia, no hay contratación que pueda derribarla. Por el contrario, buscamos que todos los equipos sean un conjunto de personalidades para que el aporte de cada una de ellas, sea el complemento ideal“, agrega.
Fazio dice que es importante tomarse el tiempo para encontrar a la persona indicada. Por eso, cuando hace unos meses contrataron un nuevo gerente, se hicieron no menos de cinco encuentros en los que se realizaron ejercicios e, incluso, estimaciones para ver en papel las expectativas de ambos lados.
“El proceso debe ser tomado con la máxima responsabilidad de todos los interlocutores de la posición a cubrir. Esto es predisponerse a tiempos y agenda de la persona a contratar.
Invertir el tiempo correcto en contar los procesos y lineamientos con profundidad. Es superimportante que el candidato, se haga una imagen de la empresa lo más cercano a la realidad. No se puede esperar contratar a alguien clave en un proceso de 1 o 2 entrevistas y todos sabemos que generar confianza es un paso a paso. Pero cuando la empresa es tan transparente y clara, es muy alta la posibilidad de que el proceso termine con el ingreso”, concluye.
Protocolo familiar: la poderosa riqueza de habilitar procesos de conversación
*Artículo publicado en BAE Negocios
En los sistemas de empresas familiares, el vínculo entre familia y negocio ES, existe, tiene “vida propia” y está en constante movimiento como cada uno de los miembros que lo componen.
Ese vínculo es más amplio o más estrecho; más cotidiano, más fluido, más dinámico, más claro; ES según cada sistema.¿Cómo están siendo observados por cada miembro los vínculos de familia y los de negocio?, ¿cómo está siendo observada esa conexión? y ¿qué formas encontramos en las empresas familiares que acompañen el proceso de construcción y mantenimiento de un vínculo claro y sano entre familia y negocio?
Una de las acepciones del concepto PROTOCOLO es: conjunto de reglas que se establecen en el proceso de comunicación entre dos sistemas.
¿Será que tener reglas es la mágica solución? Entonces es muy fácil, vengan y escríbannos las reglas; o que alguno de la familia se ocupe y después nos las envíe por whatsapp.
En lo profundo, ¿eso aseguraría un conjunto de reglas que contemplen los intereses individuales y el colectivo? ¿y habilitaría el cumplimiento? Podríamos pensar en el armado de un protocolo como un proceso de diálogo, un proceso de conversaciones para el logro de acuerdos y así esos acuerdos sean las reglas. Un proceso que lleva tiempo, recurrencia y práctica.
Práctica de conversación, práctica de poner en palabras intereses individuales, sentires, emociones para luego poder lograr los acuerdos colectivos. Práctica de danzar entre el hablar y el escuchar; entre el escuchar y el hablar.
Un acuerdo se genera pudiendo expresar intereses propios, escuchando el de los demás y con una fuerte disponibilidad para la construcción colectiva.
Quizás esa es una de las poderosas riquezas que tiene la herramienta del PROTOCOLO, la de ser un proceso de aprendizaje de comunicación para que en las empresas familiares los intereses individuales y los colectivos puedan ser expresados y fluyan. Para que quienes forman parte de los subsistemas familia y negocio hagan hábito de espacios donde esos intereses y emociones individuales como colectivas, se encuentren y se compartan en libertad y claridad.
Construir acuerdos es poder reconocerse cada miembro y reconocer al otro: ¿qué quiero?,¿qué quiere el otro? y con eso poder armar un gran rompecabezas de lo que queremos en conjunto.
Quizás lo más valioso no es el conjunto de reglas ni cada cuánto se revisen o modifiquen, quizás lo más valioso es tener en las empresas familiares la cultura de construir acuerdos integrados con la mirada individual de quienes lo componen y el deseo colectivo.
Toda PyME es una empresa familiar en potencia
Javier Dulom, socio aqnitio
Cuanto antes tomemos conciencia, en mejores condiciones estaremos para gestionarla.
Las PyME son típicamente lideradas por un dueño-administrador, quien se caracteriza por un mindset particular basado en el principio de escasez y la virtud de hacer, de transformar su realidad y la de su entorno.
Algunas características de su mindset pueden ser útiles para comprenderlo:
- La empresa crece a base de esfuerzo y austeridad. Por eso prioriza la reinversión sobre el gasto o la renta. Considera que quien no se esfuerza, se sacrifica, no es digno.
- Rara vez quiere socios, porque burocratizan las decisiones, “la mejor sociedad es impar y menor a tres”.
- Los que viven de rentas son parásitos. Lo único que genera una compensación digna es el trabajo.
- Su principal valor es la lealtad, delegan por confianza, construyen “círculos de confianza” para crecer.
¿Por qué estas empresas y sus líderes despiertan un singular interés?
Aproximadamente el 75% de los negocios en el mundo son empresas conducidas por dueños-administradores, PyMEs en su mayoría, pero también grandes empresas que sostienen este modelo y sus características.
Tenemos una idea equivocada acerca de las grandes multinacionales, pensamos tienen el mayor impacto en la economía. No obstante, si bien son las visibles, no las más importantes para el desarrollo de los países, ni para el fomento del empleo. Si lo son las administradas por sus dueños.
Sin embargo, las empresas de dueño tienen una alta tasa de “mortalidad temprana”, alrededor del 70% no llega a la segunda generación y solo el 10% llega a la tercera. ¿Por qué?
La respuesta está en su origen. Estas empresas nacen del esfuerzo de uno o varios emprendedores, que buscan ser independientes o aprovechar una oportunidad de mercado o explotar la iniciativa personal y la visión de negocios o, simplemente, son forzados por las circunstancias.
Cuando comienzan dedican todo el tiempo y la energía a su emprendimiento, están dispuestos a jugarse todo para salir adelante, el criterio rector es “la reinversión” para crecer, y sacar lo menos posible, como forma de sentar las bases y construir una empresa. Sostienen este modelo de trabajo 24×7 hasta que no pueden más. Recién entonces se plantean la posibilidad de contratar a alguien que los ayude. Decimos que aquí enfrentan la primera crisis de crecimiento, necesitan manos que les permitan seguir multiplicando el trabajo.
Es un momento muy trascendente, porque ocurre, en la práctica, de forma natural y sin otra guía que la necesidad, el proceso de delegación más perfecto: enseñar a hacer, hacer hacer, y, finalmente, dejar hacer.
De este modo resuelven la primera crisis y muchas más, es la era de las manos.
La empresa continúa pujante su proceso de desarrollo hasta lograr una escala considerable, que plantea un nuevo desafío. La línea operativa es demasiado “ancha”, se sumaron muchas manos, pero la coordinación está en la cabeza del dueño-Administrador. Es una nueva especie de crisis de crecimiento, que también resuelve con toda naturalidad. Elige de entre todos los colaboradores operativos a aquellos que son de su mayor confianza, y les plantean el desafío de coordinar grupos de operaciones, así nacen los supervisores. Son personas que conocen muy bien el quehacer de sus áreas y tienen la autoridad que les confiere ser persona de confianza del dueño. En general estos supervisores continúan haciendo, es decir, no dejan sus tareas, sino que suman las de coordinación y son los referentes de cada área para el dueño.
Comienza así la era de los supervisores.
Bajo esta modalidad de funcionamiento muchas empresas logran una escala importante. Esta nueva dimensión demanda otros cambios. Es necesario ampliar la base de supervisores, y para hacerlo la organización potenciará el modelo utilizado en el pasado por el dueño-administrador. Cada supervisor identificará dentro de su equipo a personas de su confianza, a las que les propondrá el desafío de liderar grupos de trabajo. Tanto el supervisor como el líder, por lo general, mantienen parte de sus tareas operativas y son muy cercanos con sus equipos, pero el líder pasa a ser el referente del grupo para el Supervisor, tal como él lo es para el dueño.
En estas condiciones inicia una nueva etapa que podría no tener límites en términos de crecimiento, la era de los círculos de confianza.
He conocido empresas enormes cuyo modelo de gestión estaba basado en círculos de confianza. Este modelo, como todos, tiene sus pros y contras.
Los pros. En términos de cultura, son organizaciones muy fuertes, muy alineadas con la cultura del dueño, que se va replicando a través de los círculos concéntricos. Son particularmente eficientes y rápidas en la toma de decisiones, la corta distancia entre una persona y su referente simplifica el proceso y lleva la decisión al dueño-administrador muy rápidamente. Mantienen así la velocidad que les permitió y les permite lograr altas tasas de crecimiento.
Las contras. El control interno es muy dependiente de las personas, se basa en la confianza, y cuando alguien falta a ella ocurren situaciones no deseadas. Es frecuente ver en estas organizaciones colapsos, cuando alguna de las personas que fueron parte de “el círculo” sale y, actuando beneficio propio, traicionan la confianza del resto. Pero sin duda la mayor contra de este modelo de gestión es la dependencia entre la empresa y su dueño-administrador. Se da una suerte de simbiosis, que pone en vilo las posibilidades de continuidad de la empresa.
Cuando el dueño-administrador visualiza esta situación y empieza a pensar en la continuidad sin él, es que se abre a la posibilidad de hacer un profundo cambio en el modelo de gestión. A veces porque percibe que la escala lograda requiere de otros mecanismos para gestionar adecuadamente el riesgo. Otras porque se siente cansado y empiezan a pesarle las decisiones que debe tomar en soledad. También cuando miembros de la nueva generación empiezan a mostrar interés y sus modelos difieren de aquél que le dio origen a la empresa. Se plantea la posibilidad de hacer un cambio radical en el modelo de gestión, buscando el balance entre la eficiencia propia de los círculos de confianza y la administración de riesgo propia de esquemas basados en políticas y procesos. El mayor temor del dueño-administrador en este período es “que la empresa se burocratice”, enlenteciendo el proceso de toma de decisiones y la capacidad de adaptarse a las demandas del entorno.Comienza así la era de la profesionalización para la continuidad.
aqnitio, nota de tapa en Revista Innovación
*Artículo publicado en Revista Innovación
Nuestros especialistas aportan su experiencia en una nota especial, centrada en comprender cuáles son los ejes sobre los cuales debe trabajar toda empresa familiar que quiere trascender, evolucionar e integrar a las nuevas generaciones.
El desafío del traspaso generacional de la pyme familiar: el 70% no llega a la segunda generación
*Artículo publicado en Aire Digital
Las empresas familiares representan alrededor del 85% del total de empresas en el mundo y aportan el 55% del PBI. Sin embargo, muchas de ellas tienen serios problemas cuando la compañía tiene que sobrevivir de generación en generación.
Si nos preguntamos qué es una empresa familiar, seguramente vendrán algunas definiciones a la mente relacionadas con: una organización dirigida por su dueño-fundador o con una empresa familiar en la que trabajan los integrantes de una familia.
Definiciones de este tipo hay muchas, “pero creemos que es necesario evolucionar el concepto para poder entender el entramado de relaciones y responsabilidades que caracteriza y le da vida a una empresa familiar”, señala Diego Slobodianinck, socio de Aqnitio, la consultora que se especializa en asesorar a familias empresarias para mejor la gestión de día a día.
En teoría, los traspasos generacionales empresarios se concretan sin ninguna fricción. Sin embargo, el 70% de las empresas familiares no llega a la segunda generación, sólo el 4% de las empresas sobrevive a la tercera generación y apenas el 1% a la cuarta. Y esto es porque es necesario que las empresas evolucionen preguntándose antes ¿por qué? y ¿hacia dónde?
Para Diego Slobodianinck, el camino es “desde esa cultura individual y autónoma que hizo posible al dueño-fundador crear esa empresa, hasta una nueva cultura asociativa y complementaria, que hará posible que el proyecto sea sostenible”. Ese recorrido permitirá entender que:
- Toda empresa familiar existe porque hay una Familia Empresaria integrada por miembros conscientes del desafío que implica ser empresarios y responsables por el legado que recibirán.
- En toda empresa familiar conviven dos sistemas con normas y principios muy diferentes: el sistema racional empresarial y el sistema emocional familiar.
- Es fundamental fomentar entre los miembros de estos sistemas la integración y capacitación que haga posible al tejido societario, indispensable para la continuidad de la empresa.
La hora de pasar la posta
En ese traspaso de lo tradicional hacia lo moderno comienzan a suceder innumerables conflictos. La mirada acerca de cómo llevar adelante el negocio suele ser, en la mayoría de los casos, bien distintas.
Para Natalia Bernardoni, directora del Centro de Resolución de Conflictos para empresas de Aqnitio, las empresas pueden salvarse del naufragio. Lo importante, dice, “es identificar los conflictos, que en el caso de una empresa familiar, involucra tanto a temas profesionales, de roles y responsabilidades, como de familia y vínculo”.
En medio de esos conflictos, agrega, “las personas se sienten solas, pero es importante saber que ante una situación conflictiva no hay culpables, todo lo que sucede es siempre relacional e interpersonal” porque para que haya conflicto, hay relaciones e interacciones que están sucediendo. La soluciones, obviamente no son magia. Como tampoco es posible que se implementen desde afuera.
“La manera de gestionar las situaciones de conflicto es trabajarlas con un profesional que nos pueda acompañar en este proceso difícil y por momentos doloroso”, indica.
Para poder sostener el crecimiento y mejorar las interrelaciones, el sistema empresa y el sistema familia deben superarse. Es decir, “es conveniente que todos se sumerjan en un proceso en el que la confianza sea una aliada clave dando lugar a que las familias se interrelacionen más adelante, con el devenir de la empresa. Y a la hora de crecer y acompañar, estos mismos vínculos se refuerzan y se transforman”.
Otro aspecto a tener en cuenta es la madurez de la gestión de la familia empresaria. La distinción entre quienes son los dueños en términos de la propiedad, quienes asumen la conducción y quienes operan en el día a día de la empresa es muy potente para clarificar roles y funciones.
Según Natalia Bernardoni, “los conflictos más comunes se originan porque estas funciones están mezcladas, acentuados por la definición de compensaciones no congruente con los roles y la incorporación de nuevas generaciones pone a la luz estos temas”.
Para los especialistas en acompañar a las empresas familiares en el traspaso generacional, la importancia de abrir espacios de diálogo, escuchar y ser escuchados “es la llave magistral del crecimiento equilibrado”. Reconocer y diferenciar los sistemas de relaciones es fundamental para poder gestionarlos.
Cuando se comprende esa particularidad, “podemos trabajar sobre las tensiones y conflictos que son característicos de este tipo de organización”, concluye Diego Slobodianinck.
Empresas familiares: cambiar la mirada para alcanzar nuevos resultados
*Artículo publicado en Perfil
El observador hace referencia al lugar desde el qué nos paramos ante cierta situación. Este, siempre está condicionado por las creencias, los paradigmas y los sesgos que tenemos a la hora de interpretar la realidad.
Estas ideas las incorporamos y naturalizamos desde chicos y tendemos a creer que son la mejor opción. Todo lo que hacemos está condicionado por cierta mirada que tenemos y hay que ser conscientes y trabajar sobre eso. Si no cuestionamos aquello que aprendemos eso se convierte en verdad, aunque quizás no lo sea, o no en ese momento.
Es por esto que es importante cambiar el observador para que se genere otra mirada de la misma situación. Es valioso estar abierto a construir un nuevo paradigma superior y evolucionar la mirada. Al pararnos en una posición intransigente, creemos que las cosas son de una determinada manera y esto nos hace perder la posibilidad de obtener resultados diferentes.
Para poder lograr algún cambio significativo es necesario movilizarse y que no quede solo en una expresión de deseo. Es fundamental estar predispuesto e intervenir. Toda intervención transforma y genera un crecimiento, quizás no al instante, pero siembra una semilla para movilizarse en el futuro.
La herramienta que promueve el cambio
Entre otras, existe una herramienta que ayuda con esto. Se llama pirámide de posibilidades, y trata de ordenar los comportamientos y poder segmentarlos.
Esta herramienta da la posibilidad de encontrar en qué nivel aparece nuestra limitación de movernos de un lugar a otro.
Los diferentes niveles son:
- el entorno (que hay en el contexto),
- que hago en ese entorno (las conductas con los elementos del contexto),
- las competencias (que competencias y saberes se necesita para desarrollar esas tareas),
- valores y creencias,
- y la identidad (cómo se siente uno).
El identificar dónde está el inconveniente y cambiarlo, permite movernos al siguiente nivel. Para replantearnos qué necesitamos y qué oportunidades tenemos de movernos, primero hay que tomar conciencia sobre en qué lugar estamos.
A nivel laboral, y especialmente en el caso de las empresas familiares, los equipos de trabajo funcionan mucho mejor cuando las partes conocen las limitaciones de sus propias creencias. De esta forma no imponen sus miradas condicionadas al resto del equipo inconscientemente. A su vez, es fundamental para llegar a acuerdos tener la humildad de ceder y aprender de las creencias de la otra persona, así como poder sostener la propia mirada cuando es necesario. A la hora de hablar de diálogo, intentar ponerse en el lugar del otro, entendiendo y validando la postura del otro para llegar a acuerdos que terminen en los resultados buscados.
Cómo asignar salarios a familiares
*Artículo publicado en Cronista
Cuando nos referimos a equidad interna estamos haciendo referencia a las categorías y las bandas salariales que existen en el mercado en relación a determinado seniority. Es fundamental, en este caso, conocerlas y que lograr un equilibrio. Es decir, un operario no puede percibir más ingresos que un gerente, aunque sean de distintas áreas, así como tampoco un administrativo puede superar en salario a un jefe o gerente. Este concepto de equidad interna debe cuidarse siempre.
Otra dificultad que aparece a nivel interno es la situación de convivencia, dentro de la misma empresa, de personal dentro de convenio y personal fuera de convenio. Como sabemos, los convenios suelen tener ajustes salariales pautados; no así el personal fuera de convenio. Entonces lo que suelen hacer las empresas es ajustar bastante equilibradamente en función de algún convenio. Es decir, puede ser algún convenio que comparta con otro personal de la empresa, como para que le permita basarse y poder mantener esta equidad interna tan necesaria.
En segundo lugar, cuando nos referimos a la equidad externa hablamos de todo lo que sucede fuera de la organización, porque si un equipo percebe ingresos con un valor por debajo de la banda salarial del mercado, eso va a complicar la posibilidad de atraer talentos hacia esta empresa.
En ocasiones las compañías más pequeñas o que no pueden eventualmente acercarse a una remuneración tan atractiva para el mercado, lo que hacen es complementar con otros beneficios como: días libres, días sin trabajar, mejorar la opción de prepaga, pagar los almuerzos, la nafta, etc. es decir buscan otras opciones no remunerativas que igualmente hacen atractiva la propuesta al empleado.
Por otra parte, y junto con todo esto, una cuestión que debemos tener en cuenta es el tema de los empleados familiares, en aqnitio vemos que suelen existir con mucha frecuencia dos tipos de empleados familiares:
– El altruista: aquel que reconocemos comúnmente porque se “pone la camiseta” y no no pretende un sueldo porque considera que su aporte y su esfuerzo es “por el bien de la empresa familiar”, su legado. Esto es puede ser un potencial motivo de conflicto porque, a futuro, lo que no percibió monetariamente cuando era empleado familiar, muy posiblemente va a querer cobrarlo cuando herede, porque va a considerar que durante muchos años él trabajó y aportó sin cobrar un solo peso, en comparación a otros herederos que no trabajaron, por ejemplo.
– Y luego está el empleado familiar que pretende un gran salario por su condicióbn de familiar y no por su cargo: que es otra de las posturas desaconsejadas debido a que, justamente, desequilibra esta equidad interna y externa de la que hablábamos al inicio.
Si hay familiares que van a ingresar al negocio como empleados, cada uno de ellos debe tener una remuneración que sea totalmente acorde a lo que decíamos la banda salarial, con equidad interna y relación con el mercado. Pero para eso, claro, habrá que definir roles y responsabilidades, otro tema muy importante y, en ocasiones, complejo para las organizaciones familiares.